¨He aquí tu amas la verdad en lo íntimo, y en lo secreto me haz hecho comprender sabiduría¨Salmo 51-6.
Frente a la comunidad mostramos una identidad falsa en muchas ocasiones, lejos del verdadero comportamiento íntimo. Pronunciamos bendiciones, somos amables, ayudamos en ciertas ocasiones al prójimo, evangelizamos, compartimos, etc. Allá en nuestros hogares,en la relación con nuestra propia familia es donde manifestamos la verdadera personalidad que tenemos. Cómo es nuestra vida en lo secreto?. Honramos al SEÑOR en nuestra vida íntima ?. Tenemos nuestros pensamientos y deseos de acuerdo con la santidad de su palabra?. Como somos en lo secreto, así somos realmente. Frente a DIOS están descubiertos nuestros pensamientos y las intenciones del corazón; entonces, podemos engañar a DIOS ?. Podemos excuzarnos delante de ÉL como lo hacemos con el prójimo?. DIOS no acepta nuestro lenguaje evasivo, es una insensatez creer que lo podemos lograr.
¨No os engañéis; DIOS no puede ser burlado; pues todo lo que el hombre sembrare eso también segará¨Gálatas6-7.
En nuestra vida diaria,en el trabajo,en la escuela y frente a nuestra comunidad debe ser el reflejo de nuestra vida íntima. Somos hijos de DIOS. El mundo nos lee constantemente y por tal motivo debemos cuidar nuestro testimonio honrando al SEÑOR siendo personas auténticas.
¨No demandaría DIOS esto?. Porque ÉL conoce los secretos del corazón¨Salmo 44-21.
Debemos tener cuidado de no vivir una doble personalidad; unos en la casa y otros fuera de ella. No hacerlo es como vivir una constante mentira, se convierte en un estilo de vida irreal que parece real. Veamos un ejemplo: en la intimidad vemos en la televisión o leemos revistas pornográficas, codiciamos y envidiamos bienes ajenos, adulteramos con el pensamiento, anhelamos las cosas del mundo y sus deleites, etc; pero frente a nuestros hermanos hablamos con salmos y cánticos espirituales. Será que que DIOS se deleita en estas cosas?. NO!.
¨ El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos¨Santiago 1-8. Gocemonos en el SEÑOR y en nuestra salvación, demos gracias a DIOS por NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO que nos salvó de la condenación eterna.
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